jueves, 13 de octubre de 2016

Said It All

When the tears fall away 
And there's no conversation 
There's nothing left to break 
That's not already broken 
You're staring into space 
And every inch of silence 
Been standing here for days, and days 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Haven't we heard enough? 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Doesn't matter any more 

In the sudden light of day 
The weight of expectation 
Hurt begins to fade 
As you find a new direction 
Been talking here for days and days and days 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Haven't we heard enough? 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Doesn't matter any more 

All of the miles of words we've spoken 
All of the lines that got away 
Didn't we take the time to say them all? 

All of the miles of words we've spoken 
All of the lines that got away 
Didn't we take the time to say them all? 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Haven't we heard enough? 

Said it all 
Nothing to say at all 
Nothing to say that matters 
Haven't we said it all?

miércoles, 30 de diciembre de 2015

They Do


Love yourself if you want
Cry a bit
Laugh a lot
Throw a stone
Take a plane
Start again

Give yourself a chance not a nosebleed
Have a cause
Meet your friends
Visit space... visit space
Say hello to someone
For the road you need one

Podría contar que They Do es una canción de Mark Owen. Podría hablar de que es el primer corte de su tercer disco en solitario, How The Mighty Fall, cuya fecha de lanzamiento fue el 18 de abril de 2005. Podría decir quién la compuso, quién la produjo, quién tocaba qué instrumento, cuántas versiones en directo distintas hay, dónde se grabó, dónde se mezcló, qué posición alcanzó en las listas de ventas, cuántas copias vendió, etc. Podría copiar y pegar la Wikipedia entera o tirar de memoria directamente sobre datos fríos y tangibles sobre este disco. Pero no.

Choose a song
So that your heart can sing
Is it how it is?
How you make it?
No one knows everything

And if you're wondering
Do the years fly by too soon?
They do
And if you're wondering
If the skies look down?
It's true,
They do.
They all look out for you.

¿Qué importan todos esos datos cuando una canción te cala tan hondo que sin importar tu estado de ánimo, te anima cuando estás alegre, te motiva cuando fallan las fuerzas, te eleva cuando estás de subidón, te consuela cuando estás triste? ¿Qué importa que haya alcanzado la máxima gloria o que no haya vendido muchas copias cuando la canción se convierte en un himno de tu vida, una manera de resumir todos tus temores y sueños, la mejor banda sonora que puede existir en tu vida, ésa que la escuchas y te sientes tan sumamente identificado que te sientes como si te hubieran robado algo preciado y secreto?

Make your vote
Buy a drink
Get a job
Learn to drive
Kiss a girl
Or a man
When you can

Find the one you love who you walk with side by side
And you might live in a house
And you may fall out
But you might watch your children grow

Este 2015 han hecho 10 años desde la primera vez que la escuché. Como dice otra canción "...and the feeling is still the same...". Ya sea en aleatorio o buscándola, algo se me mueve por dentro cada vez que empieza a sonar ese piano, tan cansino que dirían algunos pues es la misma nota repetida una y otra vez, y esa voz, la voz de Mark que podría distinguir entre miles, una voz que a fuerza de escucharla durante estos 19 años he conseguido entender a pesar de que hable un inglés de lo más cerrado.

And if you're wondering
Do the years fly by too soon?
They do
And if you're wondering
If the skies look down?
It's true,
They do.
They all look out for you.

Y luego está cuántas cosas me recuerda la canción, desde mi primer encuentro con el propio Mark hasta todas las amistades nuevas que pensé que nunca encontraría, todo lo que supuso personalmente el 2005, tanto bueno como malo, lo que aprendí, lo que descubrí... En definitiva creo que fue un año donde vi más claro todo. No es que se lo deba todo a la canción, pero es la canción que resume todo. Tengo muchas canciones favoritas pero ésta sin duda se merecía una entrada aparte, para ella sola.

When you lose your way
When all that you know turn on you
When they let you down
Love is all that there's to do






viernes, 2 de octubre de 2015

Stylusboy

Nunca había sido gran seguidora del folk, hasta que años después de escuchar Damien Rice, descubrí que ese tipo de música acústica y tranquila se llamaba folk. Había confundido el folk con el country, bieeen... Pero dejando a un lado el hecho de que hay excepciones en el contry, y que no considero que lo de Damien sea folk, hoy voy a hablar de un músico que sí entra de pleno en mi concepto de folk.


Conocí la música de Stylusboy de rebote. John Garrison tocó en Coventry allá por el 2010, en una cafetería llamada Esquire Coffee Shop. Sí, en una cafetería estilo Starbucks. En EEUU es bastante común, John solía tocar en los cafés durante su etapa Above The Cosmos en Nueva York. Pero en Reino Unido se me hacía raro. Me pareció un sitio donde nunca le habría imaginado tocar, así que no creía que se volvería a repetir. Me equivoqué y Stylusboy volvió a organizar el mismo evento meses después. Y dado que la ocasión de verle en Nueva York había pasado, decidí ir a verle a Coventry ese mes de octubre. La ciudad en sí no me llamaba demasiado, lo poco que conocía de ella era gracias a John y sus antiguos compañeros de banda. Busqué información turística y preparé el viaje. Primero Londres y de ahí a Coventry, a apenas una o dos horas en tren.

Poco antes de comenzar la actuación, alguien nos dio un papel con las actuaciones de aquella tarde: John, Stylusboy y Jess Morgan. El ciclo de actuaciones comenzó con ésta última, también dentro del estilo acústico-folk-country-nosécómollamarlo-estoeramásfácilconelMySpace. Después de Jess, la cual no nos convenció mucho, dio paso al entonces dúo Stylusboy: un chico flacucho con guitarra acústica y gafas, y una chica morena, Rachel Grisedale, cuya voz unida a la de Steve nos encandilaron desde la primera nota.


A partir de ahí a seguirles la pista en todos los sitios web habidos y por haber. La música a diferencia de lo que solía escuchar, no tenía tanto de nostalgia, e incluso en las canciones tristes percibo un poco de optimismo, lo cual me pareció curioso. Aunque la verdadera sorpresa es ver cómo se lo curra aquí el amigo. El matiz retro de su música también ha sido impregnado en cada EP y disco que ha publicado, cuatro hasta la fecha: Fingerprint (EP), Whole Picture (EP), Lantern (EP) y Hospitality For Hope. Cada caja donde vienen los CDs son de cartón y en lugar de mandarlos a una imprenta, tiene sus propios sellos de caucho con los que han hecho las imágenes de portada y contraportada. No sólo eso, sino que su stant de merchandising es una maleta antigua, que deja abierta en modo expositor de CDs decorada con lucecitas. Muy boho.

Primero me hice con Whole Picture, título también de mi canción favorita de él (junto con Love's Tale), y tras una larga espera, compré Hospitality For Hope tan pronto lo publicó. Cuando este disco me llegó a casa, aquello parecía Navidad. No sólo el CD con su caja de cartón, sino miles de pequeñas cosas, como notas de agradecimiento y el autógrafo con dedicatoria. Nunca me habían mandado un CD con tanto detalle, y se veía que era totalmente hecho a mano, lo cual requería su esfuerzo y empleo de tiempo.

Ahora mismo Stylusboy se encuentra trabajando en algo que aún no ha desvelado, después de pasarse todo el verano tocando en todo festival que ha podido y haciendo versiones de canciones conocidas que pueden escucharse en su Soundcloud bajo el título de The Duvet Collection No tienen desperdicio. Mis expectativas crecen día tras día, y con ellas mis ganas de descubrir de qué se trata.

martes, 5 de mayo de 2015

Separaciones y demás disoluciones encubiertas


Es difícil aparentar que estás bien cuando no es así, más tras recibir un golpe bajo. Rápido, inesperado, de los que te atraviesan el pecho abriéndose paso hasta la columna.

Pero lo que a ti tanto te afecta y te duele, a los demás les parece una tontería. Y por eso lo ocultas. Intentas recibir el golpe y que no se note ni un ápice en tu mirada, que no te tiemble la voz y evitar desahogarte en un llanto sin fin. Porque no quieres que nadie, alarmado, te pregunte qué te sucede, porque sabes que en ese momento de debilidad lo único que recibes es incomprensión o, en el mejor de los casos, gente que con toda su buena fe no sabe cómo reaccionar.

Ninguna fan está preparada para el momento de decir adiós a su banda favorita. Te mentalizas, es de dominio público que toda carrera musical tiene su final, ya sea con punto y aparte, puntos suspensivos o punto final. Y en la actualidad (no sé por qué razón) usan los puntos suspensivos cuando en verdad es un punto final. Pero por mucho que digamos eso de "les quedan dos telediarios" o "esto huele a despedida", cierto es que nunca se está suficientemente preparada para recibir el puñetazo en la boca del estómago. Es una cosa que sólo l@s fans podemos llegar a comprender, aunque no seamos seguidores del mismo grupo disuelto. Cuando le sucede a otra, es inevitable ponerse en su lugar y pensar en cómo reaccionaríamos si nuestro grupo fuera el disuelto.

Es verdad que se puede llegar a ser fans de varios grupos al mismo tiempo, pero no todos nos calan igual. Unos más, otros menos, pero esos primeros son los que realmente duelen. Duelen porque en el caso de que sea un grupo y no un solista, a pesar de ser diferentes miembros, lo conceptuamos como uno, como banda, grupo, etc. Es una combinación de varios músicos que pasan a ser un ente, un ente que muere, porque esa combinación de cabezas pensantes no volverá a darse porque ya no "trabajan" para el mismo objetivo. Cualquiera dirá que luego vuelven, que después uno colaborará con otro, porque a veces el fin del grupo no significa que termine la relación personal entre los miembros.

Pero aún volviendo, aún colaborando algunos, no es lo mismo, no lo será porque ya no se ve del mismo modo. Ya no tocan por un mismo objetivo, tocan juntos porque les apetece, como algo puntual. Y si vuelven para hacer ese punto y aparte, no sigue viéndose igual que antaño. Yo he tenido inmensa la suerte de ahorrarme la disolución y disfrutar de la vuelta de una de mis bandas favoritas como si empezaran de cero; han creado temas y discos nuevos para todos los gustos y opiniones, y aún así, cuando escucho esos discos y veo las fotos actuales, no los identifico como los que fueron. No es la misma banda que conocí antaño.

¿Se puede llegar a hacer comprender a la gente cómo afecta esta "pérdida"? Nunca. Ni siquiera los propios artistas lo entienden, así que ¿para qué luchar y gastar saliva en explicaciones que sólo van a reafirmar lo que ellos piensan, que son tonterías? Chiquillerías, como también he oído en numerosas ocasiones. Cosas que les enerva a los que te rodean, o te compadecen "ay qué penita, cómo llora la cría". Pero eso cuando tienes quince; si pasas la veintena, te tienes que aguantar, callar y mantener la compostura para que la reacción no sea peor, y te tilden de imbécil, o de psiquiatra.

Y si aún así preguntan, sonríe aunque tus ojos lloren, y responde "nada" que tiene las sílabas justas para que no perciban el temblor en tu voz. Porque para el resto no se acaba el mundo, ni ha fallecido nadie, para ti han muerto esas horas de colas, la emoción de escuchar el directo de tu canción favorita; se acabaron esas charlas con la banda sobre proyectos venideros que nunca verán la luz; esa pugna por tener un single o un disco antes que nadie, poder escuchar lo nuevo cuanto antes; se acabó dar el palique a amigos, conocidos, compañeros y familiares para conseguirles más ventas; el ahorrar para lo venidero, porque ya no hay futuro en el que invertir.

Porque se han acabado esas horas llenas de música que te llenaba, que te acompañaba en los peores momentos y que te animaba, que te reforzaba la felicidad cuando estabas alegre, o que simplemente te motivaba a luchar, a levantarte cada día de la cama, a afrontar tus miedos y tus impedimentos, a batallar en el trabajo hasta la hora de salida, a acompañarte en un día de relax con un libro y la música de fondo, o dándote múltiples ideas creativas que puedes plasmar en dibujo o escritura, por poner un ejemplo. Canciones que han sonado y que han marcado momentos cruciales, pasando a ser la banda sonora de tu vida. Música que, aunque el resto no lo vea ni comprenda, han hecho de tu mundo un sitio mejor.

Por suerte las canciones son eternas y siempre estarán ahí, aún cuando, recién disuelta la banda, no puedas escucharlas porque te parten el alma, y porque es inevitable hacerlo sin emocionarse, sin recordar todos los buenos momentos y toda la gente maravillosa que has conocido gracias a ese grupo. Pero una vez pasado ese tramo de "duelo", pondremos de nuevo nuestro disco favorito con una sonrisa agridulce y agradeciendo que un día se hubieran juntado para formar el grupo, agradeciendo todos y cada uno de los recuerdos que, directa o indirectamente, nos han dejado formando un bonito pasado.

martes, 4 de noviembre de 2014

Primer año de Daño Universal



Cuando Reikiavik montó un crowdfunding en febrero del 2013 para su primer largo, no lo dudé ni un momento. Adiós ahorros, a pesar de tener la gira del propio Mark Owen a la vuelta de la esquina. Pero era cuestión de prioridades y relevancia. Hacía realmente poco que conocía en persona a los chicos de Reikiavik, y eso de los crowdfundings era también algo relativamente nuevo en mi mundo. Hubo gente, bastante, que me dijo que estaba loca, que era demasiado confiada, que te van a tomar el pelo, te están engañando, es un timo... Pero esas personas no sabían ni comprendían lo mucho que me habían calado sus canciones. La música que ellos hacían había llenado los últimos meses, unos meses llenos de cambios, música que había ayudado a superarlos a una que tenía fobia a los cambios. Además, sabía por todos los conciertos y charlas previas que aquel disco iba a merecer la pena, y mucho. Muchísimo. No podía quedarse en el tintero, me negaba rotundamente a aquello.

Y tras una larga espera, casi de un año, por fin llegó Daño Universal. Cuando vi las fotos que me enviaron, recién desempaquetados, no lo creía. La felicidad me duró meses, pues por otro lado todos los medios hablaban del grupo y decían maravillas (menos uno) del disco. No veía el momento de tener por fin mi vinilo y comprobarlo con mis propios oídos.

Y de eso hace ya un año. Un año en el que ha ido asentándose mi opinión sobre el disco, un año donde se ha convertido en el disco que más ha sonado en casa, en el trabajo, en vacaciones, en los mejores momentos, en los peores...

Y aunque yo soy más de “este disco me gusta, éste no, aquel pseee...”, es imposible no desgranar uno que te ha encantado. A pesar de haber escuchado ya algunos temas en concierto, eran sólo unas demos en el sentido que casi nada tenían que ver con el disco final. Después del disco, esas mismas canciones volvieron a ser modificadas para el directo, más similares al vinilo que las primeras. Era como escuchar tres versiones de la misma canción, con lo cual mi cabeza no sabía por cuál decantarse. Al principio me gustaban todas, pero como he dicho, tras un año las opiniones van variando y cimentándose.

El disco se abre con Plan De Despedida 1 (Plan 1, como ponían en los setlists para abreviar). Antes del disco ya la tocaban pero por entonces para mí pasó desapercibida totalmente. En el disco queda más que demostrado que han sabido sacarle todo su potencial y hacerla más suya. Si tuviera que describirla en una palabra: potente. Otros músicos para abrir un disco hubieran escogido una canción con ritmo pero sin pasarse. Pero ellos no, ellos pusieron su tarjeta de presentación sincera y sin tapujos. Marcando la diferencia desde el principio. Y en directo, tras el lanzamiento del disco, impresionante, aunque dependió mucho del local, pues durante la gira de presentación hubo algunos sitios donde parecía que le daban más protagonismo a las guitarras que a la voz, y eso tampoco es, aún a pesar de que la letra sea tan metafórica.

La segunda canción es mi favorita de todo el disco. Me costó decidirme pues había otras dos que me volvían loca, pero desde el primer momento que escuché Aquellas Calles, no voy a decir que me gustó tanto como Primavera del 90, pero casi. Y no puedo decantarme por su versión anterior al disco, ni la del disco ni la del directo, pues tanto en acústico con sólo tres guitarras, donde gana mucho, como en eléctrico, es para quitar el hipo. Será todo lo ñoña que digan algunos, pero es que me van las canciones deprimentes. Y si además tienen un ritmo de esos que se te meten en la cabeza, para qué más decir. Y es que de este tema me gusta todo, desde el ambiente urbano del principio como del final, donde se desvanece con unos acordes de guitarra que ya quisiera yo aprender, hasta unas letras llenas de nostalgia y tristeza: "Aquellos trazos que tus manos describían por mi piel son fobia al olvido", "Fuimos tan ingenuos que que toda realidad nos descubrió y nos empujó a crecer" o "Y todo ha sido tan deprisa que no puedo agarrarte y detener el tiempo".

El siguiente corte sirve para hacer de Aquellas Calles un paréntesis de calma, pues Daño Universal es de nuevo una canción bastante cañera, tanto o más que Plan 1. Fue una de las que apuntaban a ser de mis favoritas pero que al final se ha quedado con un muy respetable tercer puesto en mi lista. Creo que es de las que menos han sido modificadas en ese espacio de dos/tres años desde que la tocaron por primera vez hasta después en la gira de presentación. Desde mi punto de vista antes era como más lenta, adquiriendo la fuerza más de la voz que de las guitarras. Así que cuando escuché la versión del disco, en concreto del último estribillo ("Ya no puedes silenciarnos, son eternos nuestros lazos") lo primero que pensé es: "fijo que Javi ha estado cantando con una botella de oxígeno junto al micro", y temí seriamente por su versión en directo (pero son chicos listos y no ocurrió nada catastrófico). Quizás en comparación con Plan 1 es menos cañera en el sentido que a lo largo de la canción va alternando ritmos más pausados como más rápidos, pero toda la energía parece explotar al final (momentos previos al "pero yo sigo luchando"). Por otro lado, creo que ha sido de las primeras canciones que he escuchado de ellos con ciertos toques que podrían tildarse de políticos, pero en la justa medida y un poco ambiguos, con lo cual siempre quedarán sometidos a la subjetividad del oyente.

Alrededor De La Tierra, otra vieja conocida. De ésta siempre recordaré aquel ensayo y la actuación del día siguiente. Contagiosa se queda corto en aquella ocasión; estuve con la canción metida en la cabeza semanas enteras y no había forma de despegarme de aquel naaaanananaaaaa (o laaaalalalaaaaa, no lo tengo claro, pero prefiero la N que es menos Masiel). Posteriormente en el disco, exceptuando un par de cosas, no la veo tan diferente pero para mí ha perdido algo de gancho. Uno de los cambios más significativos es la intro, muy étnico, una mezcla extraña de sonidos que me hacen pensar en Arabia y en India a partes iguales (de viaje, como el título). Pero el cambio que más me llamó la atención fue al llegar a la trompeta, todo un WTF en letras de neón. Y es que nunca sabes por dónde van a tirar estos chicos, que lo mismo le dan a la pandereta, que tocan un ukelele que te meten una trompeta al final de una canción.

Cuando tuve el disco entre mis manos y me senté a escucharlo, reconozco que hubo dos canciones que fueron directamente a los últimos puestos de mi lista. Puede Ser es una de ellas, y sigue ocupando el penúltimo puesto, a pesar de que tras este año he sabido valorar esa guitarra del final, y el cambio en el estribillo ("Ya no puedo soportar un día entero más. Ya no entiendo este lugar como lo hacía ayer") que no pintan tan mal. Pero por el resto de canción, sin comentarios. Quizá necesite un año más para valorarla, pues está claro que la letra es de las que me deberían de gustar: deprimente, agonía, nostalgia; la combinación perfecta. Pero de momento, permanece en ese puesto, justo al mismo nivel que El Gran Perdedor.


Pasando la mitad del disco está Abismo, la hermana de Alrededor De La Tierra. Y digo hermana en el sentido que surgieron en los conciertos al mismo tiempo, y más de una persona me ha comentado lo parecidas que son. Sin embargo, si me dieran a elegir, me quedo con Abismo, a pesar de haberla aborrecido un poco (bastante) de tanto escucharla. Pero ese toque sensual que le han dado en el disco fue otra grata sorpresa que para mí hizo que ganara muchos puntos. Jamás imaginé que pudieran hacer canciones de este estilo, y fíjate por dónde...

La canción con el título más largo del disco, Tú El Dictador Y Yo El Revólver, otra de mis favoritas. Simbiosis perfecta de guitarras, teclados, sintetizadores (y mira que me gustan poco), letras con mensaje casi político estilo Daño Universal (subjetivo, siempre subjetivo), y el ambiente, efectos que caracterizaban sus directos a finales del 2012. Es mi canción de los lunes, he de reconocerlo. Y es que esos sonidos tan rutinarios como son el reloj, la alarma, servirse café y la cucharilla, son muy de madrugar para ir al curro. Es una de mis canciones analgésicas: si estoy de mal humor y/o asqueada, esta canción consigue animarme de una forma asombrosa e instantánea. ¡Y qué decir del directo! Brutal, pura energía que invita a bailar hasta al más parado. El solo que hay de teclados, seguido por el de la guitarra, son extraordinarios. Y lo bueno del directo, que pueden explayarse un poco más, y lo hacen, y se agradece.

Volvemos a una balada, pero quizás la que más ritmo tiene de todas las del disco. De igual modo que marcaron la diferencia con Plan 1, la octava canción del disco, Acróbata, supuso hacer las cosas distintas al resto del mundo. La canción fue variando levemente antes del disco pero cuando la estrenaron en Corrientes Circulares, puedo asegurar que mi barbilla tocó suelo. Impresionante la canción y el sonido en general. Noté a la legua que aquello marcaría un antes y un después en la trayectoria de Reikiavik al igual que lo hizo Salto Mortal. Aunque, desde mi punto de vista, me pareció algo arriesgado sacar una balada como primer single. Y lo digo por este ejemplo práctico: escuchas un single, en este caso Acróbata, dices “¡Oh, qué bonita! Me voy a comprar el disco” y en cuanto pones el disco te reciben guitarras eléctricas a todo meter. Es un poco brusco desde mi perspectiva, pero también es cierto que ya la gente no se compra discos, y menos basándose en el primer single, así que seguramente esté totalmente equivocada. Acróbata por todo lo que supone siempre será especial para mí, razones tanto relacionadas por ser el primer single y todo lo que ello significa, como personales, y es que a veces las canciones ponen letra a esos momentos que no podemos exponer en palabras. ¿Es una canción de amor? ¿De desamor? No queda muy claro, igual que el vídeo, que da pie a múltiples interpretaciones (y qué risas me he echado haciéndolas). Pero si hay algo con lo que me quedo de esta canción, si pudiera sólo quedarme con una cosa, sería con estos acordes, que cuando hicieron el vídeo para el crowdfunding no sé cuántas veces lo vi tan sólo para escuchar ese final. Pagaría lo que fuera por escuchar una versión sólo instrumental de Acróbata, cosa que no debe de ser muy difícil de conseguir si aún conservan las pistas previas a la mezcla (cough, cough).

Siguiendo en la línea de romanticismo, está Septiembre. Fue de las que menos me gustaron al principio, la voz me parecía del estilo de Puede Ser y los efectos que le habían dado no terminaban de convencerme (hay un teléfono por ahí que no consigo ignorar y que me raya cuando voy con los auriculares porque creo que suena de verdad). Pero todo cambió cuando llegó el directo en La Boîte, donde hicieron una modificación que a muchos les parecerá una tontería pero que a mí me ha hecho cambiar la perspectiva y la opinión radicalmente sobre este tema. Y es que a partir de la segunda estrofa, en los conciertos le meten o acentúan algo, aún no sé muy bien el qué, la batería o el compás de la guitarra acústica quizá, haciendo que Septiembre suene distinta, con más ritmo, más rápida. En cuanto a la letra, ahora que le he prestado más atención, creo que es la que más carga nostálgica tiene, muy bien acompasada con el solo que hay antes de los últimos "los días inmortales son". De cierta manera tiene aire a Aquellas Calles, pero no exageremos.

Por último, Plan De Despedida Número 2, la canción que lo cierra todo, y sobre la cual mi opinión no ha cambiado ni un ápice en todo este tiempo. Y no sé si será porque es la última y no quiero que se acabe el disco, o será porque simplemente es "no". La verdad es que cada vez que empiezan a sonar los pájaros y esa voz enlatada típica de estación, seguido por el efecto-electro-que-no-sé-cómo-se-llama y la guitarra acústica, directamente pulso el botón ffwd para pasar a la siguiente (es decir, de vuelta a Plan 1) antes de que entre la voz. Y es que de ésta no me gusta nada. ¿Por qué la metieron? Imagino que porque les gustará, o por el juego de Plan 1 y Plan 2. Pero mi opinión es que ocupa un bonito lugar que pudiera haber ocupado alguno de los dos bonus, Cápsula (aunque ésta merezca otra posición, u otro disco si nos ponemos) o Velocidad. Creo que pocas veces la han usado como final de concierto, pero recuerdo que una vez lo hicieron, y me deprimí más de lo que suelo hacerlo después de salir de una actuación.


En resumidas cuentas, parece mentira que haya pasado un año desde la publicación de Daño Universal, un disco que he esperado como agua de mayo, como suelen decir los viejos del lugar, un disco que ha significado muchas cosas, que ha llenado muchos vacíos, al igual que  es inseparable ya de algunos recuerdos, ¿o fue el recuerdo primero? Qué más da. A veces cuando se cree en algo, hay que creer a ciegas, y en mi caso, acerté de pleno, rara vez mi intuición me ha fallado. ¿Volvería a repetir? Por supuesto, todas las veces que hicieran falta. Por ellos sí.




Reikiavik estarán presentando su nuevo EP el próximo jueves 27 de noviembre en la sala El Sol, y las entradas se pueden adquirir en Ticketea.

domingo, 26 de octubre de 2014

Head Towards The Dawn

Los mejores discos de mi colección, aquellos que guardo con más recelo, porque son mi favoritos, pero no necesariamente lo que un crítico de música calificaría de buenos, pueden contarse con una mano. ¿Soy exigente con la música? No con todos por igual, reconozco que cuanto más me gusta un artista o grupo, más quisquillosa soy, pero es lo que tiene ser fan. Podemos sacarle punta a todo pero otros de fuera del "círculo", que ni se atrevan.

Uno de estos discos “intocables” es Head Towards The Dawn, de Budapest. El disco previo, Too Blind To Hear, reconozco que tiene muy buenas canciones, algunas mejor que éste que menciono (por ejemplo la canción Censored Memories, el himno del grupo, no hay fan que no la adore), pero no es mi disco favorito de Budapest. Pero para aquellos que se han hartado de leerme y oírme hablar de su música, empecemos por ¿quiénes fueron Budapest?


Las raíces de Budapest se basan en cuatro chavales (John Garrison, Mark Walworth, Adrian Kelly y Paul Possart) que decidieron montar un grupo, Red Fridge, el cual luego pasaría a llamarse Budapest con la incorporación del quinto miembro, Chris Pemberton (Pembers), sin olvidar al amigo de siempre y mánager, Smurf (el primer mánager que me ha caído bien). Y todo esto, como fan que soy, lo digo de memoria, así que seguramente haya algún dato que esté mal, lo lamento si es así. De 4 pasaron a ser 5 y entonces grabaron el Too Blind To Hear, del cual no recibieron ni un penique de la discográfica, Easy Street. Como nota más agravante, poco antes de mezclar el disco, Mark Walworth se quitó la vida, siendo un golpe tan duro que John, amigo muy cercano de Mark, no lo superó del todo hasta años después.


Así que entre unas cosas y otras, la banda se disolvió a pesar del relativo éxito que había tenido el disco, sobre todo canciones como Is This The Best It Gets o la aclamada Censored Memories que hicieron mella en la escena tanto británica como española (quizá más la española) de lo que ahora denominan indie (discrepo, pero en fin, eso da para otra entrada de blog...). Pero por alguna extraña razón que no he alcanzado a saber, y nunca sabré, se volvieron a reunir Chris y John, y decidieron resucitar Budapest. Tanto Ade como Paul se negaron así que buscaron miembros para esta nueva etapa. De este modo se incorporaron a la formación un jovencísimo Tom Visser (creo recordar que no era ni mayor de edad cuando empezó con ellos), Jimmy Lapworth, Pete Wilson y Mark Seabridge. Es decir, primero fueron cuatro, luego cinco, y finalmente seis, sin olvidar al loco de Smurf, el miembro extra que se oculta en las sombras. Con esta nueva formación publicaron Head Towards The Dawn, con nueva discográfica por supuesto: Sinnamon.


Y aquí es cuando un chaval de Sinnamon fue el que me dio de gratis el single de presentación, Clock Face, a la salida de un concierto de Keane (Barcelona, marzo de 2005. Imposible olvidarlo). La canción correcta en el momento oportuno, como ya comenté en otro post. Recuerdo lo escéptica que me mantuve al principio, pero nunca hay que juzgar un libro por su portada, y un disco, menos. Porque además si te metes con que es un nombre poco imaginativo para una banda, el destino te juega mala pasadas (coff, coff). El escepticismo sobre el nombre de la banda despareció tan pronto sonaron los primeros acordes de la canción, la cual se convertiría en mi favorita, y en mucho más meses después.

Cuando por fin el disco cayó en mis manos, el 99% del resto de mi colección de CD's desapareció. ¿Cómo había podido estar todo este tiempo sin escucharles? ¿Por qué no llegaron a mí antes? Desde la primera canción, Say Something Wonderful, o Get Me Home que sonaba muchísimo mejor en directo, hasta la desgarradora Questions, todo era un mezclum de nostalgia, tristeza profunda, disconformidad y rabia. La excepción que confirma la regla: All This Time, que creo que es la canción más alegre que ha escrito John Garrison en toda su carrera. Podría pensar que el ritmo del siguiente corte, Oh Yeah, suena también bastante alegre, pero sigue la constante del disco acerca de huir, de alejarse, de marcharse porque donde está estacionado le está destrozando por dentro ("I will show my light upon you, it's time for me to go").

Pero la que se lleva la palma en canción deprimente, como comentaba, es Questions, dedicada a Mark Walworth, canción que da qué pensar. Como bien indica el título, es una canción consistente en una retahíla de preguntas ("All I want to know, did it cross your mind what you'd leave behind" o "Did you give a clue, I swear I never knew") a las que desgraciadamente no hay respuesta. Frases como "We talked of our tomorrow but you never came." o "And do you know, the thing that just won't lie, You never said goodbye." que te emocionan y te hace ver cómo de frágiles son las personas y cómo de la noche a la mañana tu vida puede cambiar sin esperarlo.

Quizás en mi lista de favoritas, tras Clock Face está Questions, pero muy de cerca le sigue Something Somewhere, porque con el paso del tiempo ha terminando siendo la canción que me recuerda a ellos, a Budapest, a todas las charlas que jamás pensé tener, al foro donde tan bien nos lo pasamos, a los dos únicos conciertos que asistí de ellos, a todos los amigos que hice, a todo lo que aprendí del mundo musical, tanto bueno como malo, el punto y aparte que supuso su música, y tantas cosas más que no caben en un blog. Porque aunque se separaran, aún quedan sus discos ("I know you'll always be there, I know you'll stay near") a los que recurro siempre que lo necesito. En Instagram me dio por crear el hashtag #cancionescomomantitaseninvierno para definir esas canciones en las que rebozarse y regocijarse, y dejar pasar el tiempo mientras las escuchas en bucle. Pues bien, la gran mayoría de este disco podrían definirse con ese hashtag.

Así que no me importa cuando la gente me pregunta quiénes son ésos cuando en realidad no les interesa, porque lo realmente importante es que sé quiénes fueron para mí, y a pesar del transcurso de los años, y del distanciamiento "social" que ha existido entre nosotros, su música siempre será parte de mí.


Videoclip: Set The Fire To The Third Bar

Para continuar con la lista de mis videoclips favoritos, no podía faltar éste: Set The Fire To The Third Bar, de Snow Patrol.


Desde el primer momento la canción me enganchó y de eso hace tantos años que ni los cuento. Luego me cautivó la letra, sobre amores en la distancia, lo difícil que se hace no estar con la persona que amas, no poder compartir lo que el resto del mundo hace y que ves a tu alrededor, cosas tan simples como quedar en el centro de la ciudad, una despedida eterna en un portal, una cena con otras parejas...

El caso es que di con el videoclip porque me dio por buscar la letra, y cuando lo encontré, por fin le puse cara a Martha Wainwright, cuyo apellido me sonaba lejanamente y no sabía de qué. Pensé que al ver su cara me sonaría. Pues no. Al pasar los años supe que es la hermana de Rufus Wainwright (nunca lo hubiera dicho).

Pero volviendo al tema del videoclip, y comparándolo con el que ya comenté de James Blunt,  a mí no me hace falta grandes escenarios, cambios de vestuarios, o planos espectaculares. Éste es de los vídeos más sencillos, dentro de lo que cabe, porque que te presten una sala de interrogatorio no debe ser fácil, ni montarla, que tampoco me parece tan fácil como montar una estantería de Ikea. Pero quitando eso, el videoclip está rodado al completo en el mismo sitio, claramente diferenciado tanto en color como en mobiliario: una silla a un lado, una mesa al otro. Unas paredes pintadas de blanco, las otras en oscuro. ¿Para qué más?

Lo que a mí me parece una genialidad es conseguir plasmar la letra en ese cubículo, tan sólo jugando con los planos y las superposiciones, al igual que con los gestos y el juego que da el cristal polarizado. Y el final, triste, como no podía ser de otra manera para terminar de gustarme del todo.

Por otro lado, tanto Gary Lightbody como Martha Wainwright tampoco lo hacen tan mal. ¿Sobreactuación? Sí, pero recordemos, no son actores, son cantantes. ¿Drama? Soy una dramalover tanto de pelis como de videoclips, así que no sé por qué no tendría que estar este vídeo aquí. :)