martes, 25 de marzo de 2014

Videoclip: So Far Gone

Como ya dije en mi anterior entrada de videoclips, me pirran los que son en plan minipelícula. En esta caso hablaré del tanto querido como odiado James Blunt. Que sí, que estamos de acuerdo que todo el mundo acabó hasta la coronilla del You`re Beautiful, así que no voy a hablar de ese videoclip, pero principalmente porque ni fu ni fa, no me dice nada ese clip.

Y al igual que en las películas, cada cual tiene sus gustos, y el videoclip de So Far Gone para mi gusto son de los mejores que he visto. Dejando a un lado el filtro Nashville que le pone la cara amarilla a James, y la sobreactuación del mismo en algunos planos, hay que reconocer que es un videoclip muy peliculero y ante todo romanticoempalagoso. ¡Y lo que me gusta!

La letra, para quien no la conozca, va de típica situación entre una pareja donde ya no hay más tu tía, el amor se ha acabado y el "si no lo dices tú lo digo yo", la hora del punto y final. Como letra es simple (sigo prefiriendo mil veces la de High On Getting By) pero el videoclip es una mejora.

El vídeo intercala escenas de un Blunt solitario cantando por ¿Londres? y flashbacks de Blunt con la prota, a modo de recuerdos de la relación de la que habla la letra. Y no me parecería tan fuera de lo común si no fuera porque han añadido breves tomas, de segundo y medio, de pequeños detalles de los que te hacen pensar e identificarte con lo que ves: unas caricias por debajo de la mesa, unas rosas, un café en una cafetería en un día de invierno, compartir los auriculares durante un paseo...

Y las escenas entre los dos, escenas cotidianas, a las que no prestamos mucha atención cuando se viven pero que efectivamente cuando no se vuelven a repetir se recuerdan con nostalgia, como puede ser una tarde de bolera o hacer el payaso haciendo la compra.

Llama la atención que hacia el final de la canción (....no turning back on what you can't save....) ya no se les ve juntos en la misma escena, sólo se ven primeros planos de cada uno en solitario. También se aprecia que la chica, sonriente en el resto del vídeo, aparece con semblante serio. No parece casualidad que lo hayan montado así, e igual sucede con el final, donde cada uno se da media vuelta hasta emborronarse. Y fundido en negro, que eso siempre queda bien.

Es un videoclip sencillo, que cualquiera podría montar, pero al que se atreva a pensarlo, de verdad que le reto a hacerlo al nivel de éste, con tanto detalle (las dos piedras con corazones dibujados que luego cubre la marea) y tanto plano breve que hace que sea distinto. He visto algún que otro muy parecido, y hablaré de ellos también más adelante, pero éste por ser el primero le tengo especial cariño.


viernes, 21 de marzo de 2014

Fases de la post-gira

En otras ocasiones ya he hablado de la preparación de toda fan para un concierto o gira. Porque si alguien te dice que se va de gira, no pienses que va a tocar por el país o algo así, no. Podría llegar a decirse que una fan se va de gira cuando asistirá a varios conciertos del mismo tour, aunque no suele ser muy común, más que nada por el tema económico-laboral. Así que si alguien dice que se va de gira, seguramente vaya a una o dos fechas, y gracias.

Los oídos me pitan (sabía yo que delante del
altavoz no era bueno), pierdo equilibrio,
ergo me caigo.
Hoy me ha dado por pensar en ¿qué pasa después del último concierto del tour? No es el último de la gira del artista pero sí es el último al que asistirás. ¿Y qué es lo primero que me viene a la mente? La palabra D E P R E S I Ó N, así, en negrita, subrayado en amarillo, con luminosos de fila de hormigas rojas (si no tienes Windows 98 no las verás) y miles de iconos como el de la derecha.

Los que vayan de adultos, o lo sean de verdad, dirán "pues vaya tontería deprimirse por algo tan tonto". Pues sí, pero es lo que hay. Y al pensar en los momentos postconciertos, es inevitable compararlos con las llamadas "etapas de duelo".

1º Fase de negación
Llega el último tema, estás eufórica perdida, has perdido el chubasquero, unas gafas, y posiblemente la mochila. Te duelen las manos de tanto aplaudir, no sientes nada de rodillas para abajo y ya te da igual que se te cuele la italiana de atrás o que la inglesa borracha salte por encima tuya. Tú y tu amiga gritáis lo más alto posible sin daros cuenta de que no tenéis voz, así que os sale un graznido que ya quisiera Wilhelm. Pero da igual, porque el artista está en su apoteosis final preparado a la de unadostres-CHAS! Y desaparece tras la última reverencia aprovechando el ensimismamiento de algunas alucinando pepinillos con los fuegos artificiales. Recordemos: hemos pasado días a la interperie bajo sol, lluvia, y viento, comiendo basura, durmiendo poco y mal. Normal que flipemos con los fuegos artificiales como si fueran de los mejores que hayamos contemplado jamás. La banda, los únicos valientes mientras el o los cantantes abandonan el lugar en el auto, hace su final levantando la última ovación. Guitarras, baterías... Todo se mezcla y de pronto paran de tocar. El escenario se apaga, se encienden los focos del estadio, abren puertas de par en par, aparecen los equipos de limpieza... Y ahí empieza la negación.

¿Alguna vez habéis mirado las caras de los de atrás cuando termina el concierto? Supongo que es mirarte como en un espejo, porque seguro que tú tienes la misma cara de gilipollas integral, con sonrisa cual Joker: inerte, fija. Que acojona, vamos. Pero ahí estás, con tu sonrisa de psicópata, riéndote con tu amiga como si no se hubiera terminado, como si volvieras a ver todo el concierto pasar por tu mente. Vas camino al metro o bus o lo que te vaya a llevar a tu hotel y vais cantando (si a eso se le puede llamar cantar) los temas escuchados en el concierto. Os lanzáis sobre las camas y os ponéis a recordar las anécdotas, los mejores momentos, los gestos, los bailes, el error en tal o cual canción... Y no paráis de hablar. ¿Por qué? Porque en el momento que llegue ese silencio, os daréis cuenta de que el concierto forma ya parte del pasado.

2º Fase de ira
Vuelves a tu vida, a tu rutina, a tu casa con platos por fregar, a tu trabajo donde se te ha acumulado la faena... Miras a tu alrededor y todo te parece aburrido, tedioso. Hasta el clima, si es distinto, te cabrea. Las siguientes semanas al concierto estás arisca, saltas a la mínima, te enfadas por todo y en general tienes un humor de perros. No hay quien te soporte en esta etapa. Porque no puedes olvidar lo vivido, lo bien que te lo pasaste sin preocupaciones ni mayores responsabilidades, y lo comparas a la vida tan sosa que te toca vivir. La gente con los mismos temas de conversación, los mismos problemas de siempre... No te gusta, te dan rabietas, y todo, absolutamente todo, te molesta, y no hay nadie que pueda ayudarte a cambiar hasta que te da por pensar en "¿por qué no un concierto más?"

3º Fase de negociación
"¿Por qué no? Seguro que quedan entradas para alguno.", y te pones a mirar entradas, vuelos, mentalmente cuadras fechas, transbordos, dinero... Y cuando te topas con un obstáculo, tiras por otro lado, buscas la manera de encontrar otra forma de volver a vivir aquel magnífico último concierto. En esta etapa estamos un poco en plan yonki con el mono: "uno más y ya, sólo uno, ¡uno más!". Pero por más ofertas que busques, el muro es el mismo. Acabas de volver del viaje, no tienes un duro, no te quedan días de vacaciones y el tiempo corre a tu contra, la gira está llegando a su final y si al principio ya estaban agotadas las entradas ¿qué esperas encontrar ahora? La propia realidad es la que te dice "basta, ya has tenido suficiente".

4º Fase de depresión
La realidad te escupe el final. Se acabó la gira, ahora sí que sí, this is the end my friend. Y te deprimes, dejas rienda suelta a la melancolía y el único consuelo lo encuentras hablando con el resto de fans. Estás desanimada y no tienes ganas para nada ni para nadie que no comprenda tu tristeza. Escuchas en bucle el disco que se ha promocionado en la gira, da igual si te gustaba o no, ahora te encanta en cuanto que te recuerda a aquellos gloriosos días dorados. Y es que una vez pasado el tiempo, todos los recuerdos son buenos y bonitos, idílicos. Olvidamos lo malo, nos quedamos lo bueno, que es lo que añoramos y lo que nos produce un desasosiego tal que parece que nos falte el aire.

5º Fase de aceptación
La vida te obliga a seguir adelante, vas adaptándote de nuevo a tu vida y tu rutina, dejas que te animen, sales por ahí, ya te llaman la atención otras cosas que nada tienen que ver con la gira. Y justo entonces piensas "¿qué demonios?". Ya habrá más giras, tan sólo cabe esperar, pero mientras tanto, tu vida no está tan mal como la pintabas. Aceptas que aquel maravilloso concierto tuvo sus momentos buenos y sus momentos malos, y que tuviste la suerte de estar allí para vivirlo (¿cuántas de tus amigas o conocidas ni siquiera fueron?), pero ya forma parte de tu pasado, es otro bonito recuerdo que almacenar en tu memoria.


Imagino que gente no fan o que no conozca a fans todo esto le sonará absurdo y surrealista, que no digo que no lo sea, pero si no lo has visto o vivido es como si no existiera. Pero sí existe, algunas les pasa más grave que a otras, a otras apenas les pasa, pero suceder, sucede. Es puro drama, lo sé, pero luego lo ves con la imposible objetividad que te da el tiempo transcurrido, y dices: "pero qué bien nos lo pasamos".

domingo, 2 de marzo de 2014

Videoclips: Wasteland y Neon Sun

Desde mi punto de vista me resultan indispensables los videoclips como parte de la comercialización de un disco, pero siempre me han gustado más por lo que son, películas con música. Algunos videoclips sólo muestran a la banda, otros son un collage del artista en su últimos conciertos, hay los que cuentan la historia de la canción, los hay que no lo hacen o lo hacen de un modo muy abstracto. A mí siempre me han gustado más los que, independientemente de la letra, cuenten una historia. Más adelante hablaré de otros videoclips que han llamado mi atención pero hoy voy a hablar de dos porque en realidad son como primera y segunda parte, como si de una auténtica película se tratase.

Cuando John Garrison sacó el segundo disco (02) de su nuevo proyecto Satellites, y publicó el siguiente vídeo, pensé que se había vuelto loco del todo.


El disco, ya escuchado previamente, no resultó ser de mis favoritos pero la sorpresa vino cuando eligió Wasteland como single promocional de 02. Una canción con ritmo repetitivo, con la voz más grave que le he escuchado jamás... Para mí debía haber sido Neon Sun pero no suelo acertar en las apuestas por primer single, siempre pierdo. El videoclip sin embargo hizo cambiar mi opinión.

Ese toque geométrico que también encontramos en el artwork del vinilo/CD para empezar el videoclip me parece un buen reclamo, una acertada identificación entre videoclip y disco físico en tienda. La verdad es que hoy en día las portadas tan llamativas no suelen ser muy comunes. Y empieza directamente con el robot, explicando cómo se alimenta, hasta que llega la evolución y con ella, la destrucción del robot.

Será que soy una sentimental pero ver al robot perdiendo su "vida" entre otros iguales pero a la vez peores, supuestamente mejorados (versiones 2.0), era como ver un animal bajo la lluvia pidiendo cobijo y siendo ignorado. Comparaciones aparte con otra de sus canciones (My Morning Sun) donde también expone su disgusto con el mundo moderno y "actualizado", me resulta una crítica acertada aunque algo genérica, y generalizar nunca es bueno, pero también es inevitable.

Y siendo un vídeo tan "geometrizado", me encanta cómo han conseguido darle esa expresividad a un robot dibujado con un par de cubos. Y lo mismo con el resto, con los "actualizados" tirados por el suelo, borrachos, más los detalles de los carteles... Opino que es una manera muy original de plasmar la idea principal. Pero el final no deja de ser un final "trágico", a mí personalmente me deja con muy mal sabor de boca.

Y meses después, buscando la letra de Neon Sun, me topo con un vídeo del mismo estilo:


Mi reacción fue entre incredulidad, sorpresa, y tras verlo, felicidad. En primer lugar incredulidad porque no habían anunciado nada de segundo single ni mucho menos se había mencionado Neon Sun. Sorpresa al encontrar la pista antes de tiempo, lo que viene siendo un megaspoiler, cosa que cada vez me suele pasar más a menudo lo busque o no. Y luego felicidad al final del videoclip.

El videoclip empieza muy del estilo del otro, píxeles al ritmo de la canción, rayos del sol que amanece, y entre tanta línea recta, comienzan a surgir ramas enrevesadas con sus correspondientes frutos que, como no podía ser de otra manera, son cubos. Bien, original es un rato, pero una vez visto el anterior, a éste le falta algo, quizá sentimiento. Pero ¡oh! De un fruto cúbico de aquellos surge una mujer, de diseño muy logrado. Ponte tú a dibujar a una mujer usando sólo triángulos y cubos, ¡JA!

¿Y por qué es la segunda parte? ¿Dónde está el nexo? ¿Por qué me encaaaaaaaaaanta tanto y me hizo feliz el final del videoclip? Eso mejor que lo vea a quien le interese saber cómo acaba.

Sí, cuento todo menos el final, pero como fan que soy de Satellites (aunque a veces no me comporte como tal), de alguna manera tengo que hacer que suban las reproducciones de los vídeos.

En resumen, no son de mis videoclips favoritos pero me parece una manera muy original, tanto la temática de los videoclips y cómo van unidos, así como el vincular visualmente todo de tal manera que crea una marca del artista fácilmente distinguible.

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Neon Sun formará parte de Istedgade, el nuevo EP de Satellites que tiene como fecha de lanzamiento el 7 de abril del 2014, y que incluirá los temas Encore Encore, Spent Venom y A Million Drums.

Canciones tristes

¿Por qué gustan tanto las canciones tristes? Parece que cuanto más deprimentes, más nos gustan. Me percaté de ello al comprobar que mis canciones favoritas son un poco... De tirarse por la ventana. La mayoría de ellas expresan angustia, desilusión, inconformidad y la rabia que da no poder cambiar. Tienen un mensaje casi destructor. Pero sin embargo, las reproduzco con Morty (mi mp3 querido) y me encantan, y las pongo en repetición y las tarareo, y disfruto escuchándolas como una enana, y ya cuando son en directo lo flipo. Ya ves, una cosa tan deprimente me hace feliz. ¿Por qué?

Primero creo que es porque en algún momento todos hemos pasado por algo parecido a lo que dicen esas canciones deprimentes. Todos alguna vez hemos sentido angustia, pena, desazón. A todos nos han roto el corazón, muchas ilusiones y algunos sueños que nunca veremos cumplir. Imagino que en aquel momento nos gustó ese tipo de melodías porque nos sentíamos identificados, y aunque estuviéramos en lo más hondo del pozo, esa canción expresaba con armonía nuestros pensamientos y sentimientos. Era un pañuelo de lágrimas porque aunque no llegaran a calmarnos, era un alivio saber que no sólo nos pasaba a nosotros.

A veces pensamos que los amigos no han pasado por lo mismo (inevitable error) y que la familia no lo comprende (otro craso error), y hayamos el consuelo en esas letras que un desconocido escribió y a las que puso música, haciéndonos creer que pasó por lo mismo que nosotros. Ése es el más monumental de todos los errores, porque los compositores normalmente hacen una canción por una razón y el oyente entiende una cosa o crea una razón totalmente distinta. Es lo que tiene la música, al igual que otras artes: el oyente hace suya la canción sin que el compositor pueda hacer nada por evitarlo.

En segundo lugar, empiezo a creer que nos encantan las canciones deprimentes más estando de buen humor porque estamos felices y contentos, todo lo opuesto a lo que estamos escuchando, y es como echar la vista atrás, ver todo lo malo que hemos vivido y disfrutar del momento en el que todo va bien y estamos conformes y felices. Dice la gente que la felicidad no es eterna, que no existe, que sólo son esos pequeños momentos en los que somos conscientes de que lo somos, momentos que merecen la pena aprovechar.

Con esto no pretendo hacer un estudio sociológico ni descubrir una verdad empírica, no tengo pruebas mas que mi propia experiencia y las (pocas) reflexiones que he oído de otras personas. Puede ser una tontería, pero soy una persona curiosa, más si es un tema como la música de la que creo que nunca me cansaré de aprender, ya sea en el terreno de la teoría musical (he aprendido más escuchando a músicos y mánagers que en el colegio) o de cómo es cada canción, por qué unas gustan más otras, por qué gustan más en un momento y luego ya no tanto, y demás temas que se acercan al plano ¿filosófico?

Da igual, sólo son preguntas curiosas que me surgen sin más. Siempre he sido un bicho raro ;P