domingo, 2 de marzo de 2014

Canciones tristes

¿Por qué gustan tanto las canciones tristes? Parece que cuanto más deprimentes, más nos gustan. Me percaté de ello al comprobar que mis canciones favoritas son un poco... De tirarse por la ventana. La mayoría de ellas expresan angustia, desilusión, inconformidad y la rabia que da no poder cambiar. Tienen un mensaje casi destructor. Pero sin embargo, las reproduzco con Morty (mi mp3 querido) y me encantan, y las pongo en repetición y las tarareo, y disfruto escuchándolas como una enana, y ya cuando son en directo lo flipo. Ya ves, una cosa tan deprimente me hace feliz. ¿Por qué?

Primero creo que es porque en algún momento todos hemos pasado por algo parecido a lo que dicen esas canciones deprimentes. Todos alguna vez hemos sentido angustia, pena, desazón. A todos nos han roto el corazón, muchas ilusiones y algunos sueños que nunca veremos cumplir. Imagino que en aquel momento nos gustó ese tipo de melodías porque nos sentíamos identificados, y aunque estuviéramos en lo más hondo del pozo, esa canción expresaba con armonía nuestros pensamientos y sentimientos. Era un pañuelo de lágrimas porque aunque no llegaran a calmarnos, era un alivio saber que no sólo nos pasaba a nosotros.

A veces pensamos que los amigos no han pasado por lo mismo (inevitable error) y que la familia no lo comprende (otro craso error), y hayamos el consuelo en esas letras que un desconocido escribió y a las que puso música, haciéndonos creer que pasó por lo mismo que nosotros. Ése es el más monumental de todos los errores, porque los compositores normalmente hacen una canción por una razón y el oyente entiende una cosa o crea una razón totalmente distinta. Es lo que tiene la música, al igual que otras artes: el oyente hace suya la canción sin que el compositor pueda hacer nada por evitarlo.

En segundo lugar, empiezo a creer que nos encantan las canciones deprimentes más estando de buen humor porque estamos felices y contentos, todo lo opuesto a lo que estamos escuchando, y es como echar la vista atrás, ver todo lo malo que hemos vivido y disfrutar del momento en el que todo va bien y estamos conformes y felices. Dice la gente que la felicidad no es eterna, que no existe, que sólo son esos pequeños momentos en los que somos conscientes de que lo somos, momentos que merecen la pena aprovechar.

Con esto no pretendo hacer un estudio sociológico ni descubrir una verdad empírica, no tengo pruebas mas que mi propia experiencia y las (pocas) reflexiones que he oído de otras personas. Puede ser una tontería, pero soy una persona curiosa, más si es un tema como la música de la que creo que nunca me cansaré de aprender, ya sea en el terreno de la teoría musical (he aprendido más escuchando a músicos y mánagers que en el colegio) o de cómo es cada canción, por qué unas gustan más otras, por qué gustan más en un momento y luego ya no tanto, y demás temas que se acercan al plano ¿filosófico?

Da igual, sólo son preguntas curiosas que me surgen sin más. Siempre he sido un bicho raro ;P




No hay comentarios:

Publicar un comentario